Llevaba muchos días con antojo de comer alitas fritas pero no me apetecía comerlas sólo aliñadas con limón sino al estilo de las que ponen en los restaurantes asiáticos. Así que me lié la manta a la cabeza y probé hacerlas de esta forma. Aviso: no salen muy picantes.
Ingredientes:
- Una docena de Alitas de pollo
- 2 cucharas soperas de azúcar
- 1 cuchara sopera de vinagre de módena
- 3 cucharas soperas de salsa de soja
- 30 gr. de salsa ketchup
- 2 cucharillas (de café) de salsa picante.
- 1 cucharilla (de café) de pimentón picante
- 1 cucharilla colmada de maicena
- 1 pastilla de concentrado de pollo
- 250ml. de agua
- Sal y pimienta
- Aceite de oliva suave para freír.
Limpiad bien las alitas bajo el grifo, con el fin de quitarles cualquier rastro de sangre o de plumas que pudiera haber. Una vez estén limpias las secáis.
En un bol grande, disolved la pastilla de concentrado en el agua y añadid el azúcar, el vinagre, la soja, la salsa picante, el pimentón y el ketchup. Salpimentad las alitas e introducidlas en el bol.
Tapad el bol con un papel film y dejad las alitas en maceración un tiempo mínimo de 2 horas para que se impregnen bien del sabor. A ser posible a temperatura ambiente, ya que el frío ralentiza este proceso.
En una sartén, si es posible, disponed una buena cantidad de aceite de oliva, el suficiente para que queden totalmente cubiertas las alitas, y dejadlas freír a fuego medio-alto hasta que estén doraditas y reservadlas sobre un papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Aparte, en otra cacerola, disponed la salsa con la que se ha macerado el pollo,agregad la maicena y la reducimos hasta que se convierta en una salsa espesa.
Una vez la salsa esté a vuestro gusto incorporad las alitas, les dais una vuelta rápida para que se impregnen bien, pero sin entreteneros, para que no se reblandezca la corteza frita del pollo y se mantengan crujientes.
Las ponéis en una bandeja y a comer acompañadas de unas buenas patatas fritas o una ensalada.
¡Me la apunto, gracias guapa!
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