Espinacas con garbanzos

Hoy os traigo una receta típica de la cocina sevillana y la primera que aprendí a cocinar porque mi madre me cogía por banda para que le hiciera el majado. Se suele comer mucho en Cuaresma y en Semana Santa, tanto en casa como tapa de los cientos de bares que pueblan Sevilla.

Ingredientes:

• Dos manojos de Espinacas del tiempo o 1 bloque de las congeladas
• 1/2 kilo de garbanzos o un bote grande de garbanzos cocidos
• 4 dientes de ajos
• 2 rebanadas de pan o medio bollo
• Una cucharada de pimentón (dulce o picante, al gusto) 
• Una cucharadita de comino en grano
• 2 pastillas de caldo de carne o de pollo.
• Aceite de Oliva
• Vinagre de Vino
• Guindilla (si gusta picantón y no se tiene pimentón picante)
• Sal gorda.

Preparación:

Si usamos garbanzos de bote, los ponemos en un colador y los enjuagamos muy bien para quitarle "el gusto a bote". En caso contrario, ponemos los garbanzos en remojo en la víspera y los hacemos 5 minutos en la olla rápida con una hoja de laurel y una pastilla de caldo de carne o de pollo.

Las espinacas si son frescas del tiempo deben enjuagarse muy bien para eliminar la tierra que puedan traer. Debemos cocer la espinacas cubriéndolas de agua, a fuego lento con una pastilla de caldo de carne o de pollo de durante unos diez minutos.

Mientras tanto, en una sartén añadimos aceite y refreímos los ajos  enteros y pelados con una rebanadas de pan entera o un trozo de bollo y otra, cortada a tiras.

Apartamos el pan cuando este dorado y el aceite del fuego cuando estén los ajos.

Se maja en un mortero la rebanada de pan frito, los ajos fritos, sal gorda, comino y guindilla al gusto.

Una vez que el aceite se haya templado, añadimos el pimentón para refreírlo ligeramente y el majado, limpiando el mortero con vinagre, añadiendo por último las espinacas cocidas que hemos troceado previamente para que se refrían en la sartén a fuego lento, junto con los garbanzos ya tiernos, durante unos 10 minutos.

Rectificamos de sal, si es necesario, y servir con las tiras de de pan frito. Si lo acompañamos con un huevo frito, tendremos una comida digna de un rey.