Los portugueses son los reyes del bacalao. Ya es muy habitual ver en muchos bares recetas portuguesas de bacalao, como el bacalao dorado o el bacallhau a brás pero este receta tan común en el país vecino que suele comerse en los restaurantes de los centros comerciales, aún no ha cruzado la frontera.
Ingredientes
- ½ Kg. de bacalao fresco
- 200 gr. de gambas (pueden valer peladas)
- 1 brick de nata para cocinar
- 1 vaso de vino verde (o blanco)
- 1 bolsa de patatas fritas
- 2 cebollas
- 3 dientes de ajo
- 2 huevos
- Pan rallado
- 1 Cucharada de Maizena
- ½ vaso de leche.
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
Limpiamos el bacalao, le quitamos la piel y las espinas, y lo cortamos en trozos menudos (también podríamos desmigarlo, pero está más rico en trocitos).
Pelamos las cebollas, las cortamos en juliana y las ponemos a pochar en tres cucharadas de aceite virgen extra con un pellizco de sal (cuidado con la sal porque, las patatas tienen su propia sal y el bacalao también). Cuando empiecen a estar transparentes, añadimos los ajos pelados y picados y el vaso de vino.
Dejamos que cueza un par de minutos y le incorporamos el bacalao y las gambas. Dejamos otro par de minutos y añadimos las patatas fritas desmigándolas un poquito. Podemos utilizar patatas fritas paja hechas en casa, pero el resultado no va a variar, y esto es mucho más cómodo y rápido.
A continuación le añadimos la nata y dejamos que cueza a fuego suave unos 10 minutos. Mientras tanto, echamos la leche en un bol con la Maizena y le damos vueltas para que se disuelva bien, lo incorporamos al bacalao, removemos y dejamos en el fuego hasta que haya reducido y espesado.
Volcamos todo en una cazuela de barro, o una tartera que aguante el horno, batimos los huevos y los esparcimos por encima. A continuación espolvoreamos el pan rallado y lo metemos en el horno en posición de grill a unos 200 grados, hasta que se tueste, que serán unos cinco a diez minutos.
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