Cuando me preguntaban de pequeña cuál era mi plato favorito, siempre decía que el potaje de garbanzos con bacalao por una doble de razón: primera, porque me encantan los garbanzos de todas las maneras y formas posibles y la segunda, porque en mi casa significaba el comienzo de una época gozosa, la Cuaresma y la Semana Santa. OS dejo la receta de mi madre, modernizada usando la olla rápida.
Ingredientes
- Un vaso de garbanzos por persona (Yo suelo hacer 4 vasos)
- Una bandeja de bacalao desmigado.
- 1 cabeza de ajo.
- 1 cebolla.
- 1 pimiento verde.
- 1 tomate maduro.
- 1 patata
- Una hoja de laurel.
- 1 cucharadita de pimentón dulce.
- 1 cucharadita de comino en grano.
- Unas briznas de azafrán.
- 2 clavos (de olor, no los de la ferretería)
- Agua
- Sal
- Aceite de oliva.
El bacalao se desala durante unas 24 horas cambiándolo de agua unas tres o cuatro veces a lo largo del día junto con los garbanzos en un recipiente con suficiente capacidad para que, cuando los garbanzos empiecen a hincharse, no se queden sin agua.
En una olla rápida, echamos los garbanzos, la cabeza de ajos entera, la cebolla (con los clavos clavados, valga la redundancia), el tomate, la patata y el pimiento cortado a trozos grandes, la hoja de laurel y un chorrito de aceite de oliva. Cuando empieza a hervir tapamos la olla y dejamos cocer durante unos 8 minutos. Luego incorporamos el comino, el pimentón dulce, el azafrán desleído en un poco de agua y el bacalao. Cocemos, ahora a olla abierta, durante unos 20 minutos aproximadamente y probamos el guiso antes de ajustar la sal. Después, retiramos el guiso del fuego para dejarlo reposar.
Como todos los potajes, está mejor de un día para otro
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