Esta salsa vale para cualquier tipo de pasta. Como todo lo picante, me encanta, sobre todo con pasta rellena. Espero que la disfrutéis mucho
Ingredientes
- 3 dientes de ajo.
- 6 cayenas o guindillas enteras
- 4 tomates hermosos
- 5 cucharadas de aceite de oliva
- 1 cucharadita de tomillo
- 1 cucharadita de orégano
- 1 cucharadita de perejil seco o una ramita de fresco
- Azucar
- Sal
- Pimienta negra molida
Preparación
Ponemos en una cazuela el aceite de oliva virgen extra y mientras se calienta, pelamos, fileteamos los ajos y troceamos los tomates en daditos.
Añadimos a la cazuela los ajos fileteados y las guindillas, doramos los ingredientes y cuando comiencen a tener color agregamos los tomates y los partimos a la mitad con ayuda de una cuchara de madera. Dejamos pochando hasta que reduzcan a menos de la mitad de su tamaño, unos 40 minutos a fuego lento. Si tenéis prisa podéis hacerlo en 15-20 minutos a fuego medio-alto removiendo continuamente para que no se pegue el tomate a la cazuela (pero el sabor no será el mismo).
Le echamos una cucharadita de azúcar para reducir acidez, una pizca de sal y pimienta negra molida y las especias. Probamos y rectificamos de sal, aunque lo más seguro es que no haga falta. Removemos unos minutos y apartamos del fuego. Reservamos para juntar con la pasta.
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